La cirugía de várices con láser es un procedimiento de mínima invasión para atacar la dilatación de las venas a nivel superficial y profundo. Una de sus principales ventajas, es que otorga una rápida recuperación y es mucho menos dolorosa que la técnica tradicional.

Es verdad que puede realizarse con fines estéticos y clínicos, pero comúnmente se aplica en beneficio de la salud del paciente, ya que acaba con el dolor, la hinchazón y los moretones, por lo que el sistema circulatorio adquiere un buen funcionamiento.

Este procedimiento consiste en introducir una aguja en la vena y a su vez, una fibra láser para proporcionar calor, con lo cual, cerrará la vena dilatada para que la sangre circule en otros vasos más sanos.

Una vez realizada la cirugía, el paciente puede salir inmediatamente del hospital al no requerir cuidados especiales. No obstante, se aconseja utilizar medias para varices y realizar caminatas cortas como parte de la recuperación.

Además, la inflamación y los moretones se evitan con esta cirugía, a diferencia del método tradicional debido a que el láser es mucho más preciso y no daña los tejidos que se encuentran alrededor.

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